El domingo me encanta leer los periódicos con el tiempo y la calma que me faltan el resto de días de la semana. Madrugo y compro al menos tres diarios –hoy, As, ABC, El País y El Mundo–. Y me detengo a leer reportajes y entrevistas. Leo por encima las noticias, que me resultan viejas, devoradas ya por la inmediatez de la red, a la que me confieso enganchado casi permanentemente. Creo que el futuro de la prensa escrita es precisamente apostar por contenidos propios, distintos y de calidad. Por historias bien escritas, elaboradas por buenos reporteros, que escriban textos para leer los domingos, saboreando el reporterismo que destilan. Hoy me encuentro en El País y en El Mundo leo el mismo reportaje –las penalidades de los enfermos de un psiquiátrico en Haití–. Sigo avanzando y vuelvo a encontrar contenidos casi calcados en los mismos dos diarios: un viaje por la tierra natal de la familia Bin Laden en Yemen... Supongo que ni en Haití ni en Yemen es fácil trabajar. Y tengo ninguna duda sobre la profesionalidad de Jacobo García, Paco Peregil, Ángeles Espinosa y Javier Espinosa, los autores de los cuatro reportajes. Pero me produce cierta desazón tanta coincidencia. Hasta que sigo avanzando en El País y me encuentro este reportaje de Jesús Duva sobre la primera víctima de ETA, una niña de apenas dos años asesinada por una bomba colocada en una estación. Es ejemplar: testimonios inéditos, fotografías nunca vistas y un trabajo de investigación serio y riguroso, como Jesús Duva acostumbra a hacer. Cuando acabo de leerlo pienso que merece la pena seguir comprando periódicos los domingos.
Soy reportero, oficio que llevo ejerciendo algo más de dos décadas. Escribo en Interviú, hablo en Onda Cero y en Caracol Miami y utilizo este espacio para dar salida a reflexiones, opiniones y hasta noticias para las que no encuentro sitio en mi universo de papel y de las ondas. Gracias por pasar por aquí.
31 de enero de 2010
Prensa dominical
El domingo me encanta leer los periódicos con el tiempo y la calma que me faltan el resto de días de la semana. Madrugo y compro al menos tres diarios –hoy, As, ABC, El País y El Mundo–. Y me detengo a leer reportajes y entrevistas. Leo por encima las noticias, que me resultan viejas, devoradas ya por la inmediatez de la red, a la que me confieso enganchado casi permanentemente. Creo que el futuro de la prensa escrita es precisamente apostar por contenidos propios, distintos y de calidad. Por historias bien escritas, elaboradas por buenos reporteros, que escriban textos para leer los domingos, saboreando el reporterismo que destilan. Hoy me encuentro en El País y en El Mundo leo el mismo reportaje –las penalidades de los enfermos de un psiquiátrico en Haití–. Sigo avanzando y vuelvo a encontrar contenidos casi calcados en los mismos dos diarios: un viaje por la tierra natal de la familia Bin Laden en Yemen... Supongo que ni en Haití ni en Yemen es fácil trabajar. Y tengo ninguna duda sobre la profesionalidad de Jacobo García, Paco Peregil, Ángeles Espinosa y Javier Espinosa, los autores de los cuatro reportajes. Pero me produce cierta desazón tanta coincidencia. Hasta que sigo avanzando en El País y me encuentro este reportaje de Jesús Duva sobre la primera víctima de ETA, una niña de apenas dos años asesinada por una bomba colocada en una estación. Es ejemplar: testimonios inéditos, fotografías nunca vistas y un trabajo de investigación serio y riguroso, como Jesús Duva acostumbra a hacer. Cuando acabo de leerlo pienso que merece la pena seguir comprando periódicos los domingos.
"el futuro de la prensa escrita es precisamente es apostar por contenidos propios, distintos y de calidad". ¡Qué pena, Manolo, que muchos editores de prensa hoy en día no entiendan eso que tú tan bien has explicado!.
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