21 de marzo de 2010
Interviú habló del refugio etarra de Venezuela en noviembre de 2007
"Los servicios antidroga españoles no están nada contentos con Chávez. Pero tampoco los grupos antiterroristas. Por un lado, organizaciones integristas islámicas violentas, como Hamás y Hezbollah, ya tienen oficina y simpatizantes en Venezuela (ver recuadro). Por otro, más estrictamente español, el asunto de los etarras que viven en Venezuela, muchos desde los años 80. “Lo que ha cambiado con Chávez es que los etarras antes eran empresarios privados que financiaban desde allá; ahora muchos están integrados en la estructura del régimen, y se han unido con otros procedentes de México desde que el Gobierno de allí empezó a colaborar con nosotros. Algunos cobran de gobiernos y municipios controlados por los chavistas, incluso. Y todos tienen ya pasaporte venezolano”, asegura un agente antiterrorista.
La cabeza visible de los etarras en Venezuela es Arturo Cubillas, acusado de tres asesinatos entre 1984 y 1985, cuando formaba parte del comando Oker. Cubillas se refugió allí en 1989 y abrió un restaurante al que llamó como su grupo asesino, en el que compartía pistolas con Idoia López Riaño, la Tigresa. En Venezuela, Cubillas se casó con Goizeder Odriozola, hija de exiliados vascos. En 2005, el Gobierno de Chávez lo nombró director de Bienes y Servicios del Ministerio de Agricultura. Su esposa pasó del mismo ministerio a convertirse en directora general del Despacho de la Presidencia, una especie de gabinete de Chávez. Atrás quedaban las extradiciones en 2002 de Sebastián Etxaniz –condenado por tres asesinatos– y Juan Víctor Galarza. El Gobierno de Chávez rectificó pronto y ofreció pagar 325.000 euros de indemnización, aunque luego anunció que no lo haría.
En Venezuela viven cómodamente, según informes antiterroristas españoles, Miguel Ángel Aldana, alias Askatu –acusado de dos asesinatos–, María Arana Altuna, Carmen Albizu Etxabe... Hasta unos cuarenta etarras. Algunos, los más afortunados, trabajan ya para ayuntamientos chavistas".
Este texto forma parte de un reportaje escrito por Luis Rendueles y por mí en Interviú y publicado el 19 de noviembre de 2007. En él, detallábamos varias de las conexiones del régimen de Chávez con narcotraficantes y terroristas. Podéis comprobar cómo hablábamos de Cubillas y de las relaciones de los etarras con los círculos bolivarianos. Casi tres años después, el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha puesto en negro sobre blanco y con membrete de la Administración de Justicia las relaciones de etarras con narcoterroristas de las FARC y la cobertura que da a ambos grupos el caudillo bolivariano.
Recuerdo que la publicación de este reportaje coincidió con una visita a Venezuela de una delegación policial española de alto nivel para hablar de narcotráfico. España pretendía asumir en Venezuela lo que la DEA –expulsada de allí– hace en el resto del Cono Sur. Los comisarios españoles desplazados al país sudamericano tuvieron que aguantar cómo sus colegas les mostraban el texto de Interviú pidiéndoles explicaciones. No hubo mala intención. La fecha de publicación estuvo mal escogida, pero el reportaje, como vemos hoy, era certero. Hoy mismo, en El País, José María Irujo publica una muy buena historia sobre el balneario que los etarras tienen en Venezuela.
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