30 de junio de 2009

Mossos y Guardia Civil, a partir un piñón


Brillante resolución ha tenido el asesinato de Félix Martínez Touriño, director del Centro de Convenciones Internacionales de Barcelona (CCIB). Un sicario le ejecutó hace más de cinco meses por encargo de un subordinado de la víctima, Manuel Moreno Blancas que se estaba haciendo de oro cobrando comisiones. El negocio se le iba a acabar porque iba a ser despedido y decidió ordenar la muerte de su jefe. Poco literario, pero miserable y ruín, como lo definió ayer el intendente Trapero, responsable de la investigación de los Mossos.
No me sorprende la brillantez con la que han resuelto el crimen los investigadores de la policía autonómica. Por mi compañera Mayka Navarro he tenido noticias de que se trata de gente muy profesional. Lo que me sorprende es el hecho de que una gran parte de las detenciones las hayan llevado a cabo agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Y no ha pasado nada. Dos cuerpos han colaborado sin que, aparentemente, haya chirriado nada, ni se hayan peleado por poner un escudo u otro en una foto. A lo largo de estos años, he conocido situaciones surrealistas, muchas veces ridículas, por la competencia entre los distintos cuerpos policiales. Guardias civiles que quitan la cinta de la policía para acordonar un escenario o al revés; ruedas de prensa en las que la Agencia Tributaria ha quitado los emblemas de la policía... Todo absurdo, pero real. El enrtendimiento entre unos cuerpos y otros sólo es posible cuando hay buenas relaciones personales entre la parte más baja del escalafón, los inspectores con los guardias. Esta coproducción de Mossos y Guardia Civil me hacen pensar que, quizás, sea posible que todos remen en la misma dirección.

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