24 de febrero de 2009

El contrato de Julián Muñoz con Telecinco, esta semana en Interviú


Llevábamos tiempo detrás de ello. Queríamos ver al detalle del contrato de Julián Muñoz con Telecinco. Y, al fin, esta semana, lo tenéis en las páginas de Interviú. Repugna comprobar cómo una televisión, por muy privada que sea, le ha pagado 350.000 euros a un delincuente. Repugna que el tipo haya firmado el contrato desde su celda en la prisión de Jaén. Repugna ver cómo el abogado Javier Saavedra –tertuliano habitual de La Noria, por cierto– cobra y firma en nombre del ex alcalde... En fin, es todo repugnante. Echad un vistazo a la revista, porque no tiene desperdicio. ¡Ah! Y según hemos sabido hoy, también las televisiones –no sólo Telecinco– están ofreciendo dinero a los abogados por el sumario del crimen de Marta del Castillo.

El móvil del crimen de Marta, esta semana en Interviú


Mientras las televisiones se dedicaban a buscar menores para llevar a los platós y a poner una cámara y un micrófono a cualquier desquiciado, en Interviú hemos intentado hacer periodismo de un asunto tan prostituido por los medios como el crimen de Marta del Castillo. Lo que contamos esta semana son las explicaciones que Miguel Carcaño ha dado para matar a su ex novia y lo que la investigación policial, que ya está más que acabada, apunta como las razones que provocaron la discusión que terminó con la muerte de la chica.
Llega ahora la hora de los abogados y de los jueces. Son ellos los que estarán bajo los focos. Ellos y el padre de Marta, convertido ahora en un nuevo ariete, esta vez en busca de una reforma constitucional que abra la puerta a la cadena perpetua. No estoy contra la cadena perpetua. En países tan cercanos a nosotros como Francia, existe para determinados casos. Sin embargo, sí creo que abrir el debate tras un crimen como éste es un error. Todas las sociedades, hasta las más avanzadas, sufren crímenes tremendos, inexplicables. Hace poco estábamos hablando del de Mari Luz Cortés, por ejemplo, y tras él también se pidieron reformas legales. Pero Miguel Carcaño no es Santiago del Valle. El asesino de Marta es un asesino. Sin duda. Pero, ¿un asesino mata con un cenicero? Miguel no era violento, ni tenía antecedentes, ni fraguó un plan para matar a su ex novia. Debe pagar por lo que ha hecho ahora. Santiago, por el contrario, es un depredador que había dado claros síntomas de su comportamiento: había atacado a otras niñas, hasta a su propia hija. ¿Cadena perpetua para los dos?

18 de febrero de 2009

Una profunda tristeza


Contemplo atónito el tratamiento informativo que se está dando al asesinato de Marta del Castillo. Asisto con perplejidad, como si fuera una persona ajena a este mundo y a esta profesión, al espectáculo que dan las televisiones a diario. Mi capacidad de sorpresa aún no se ha agotado. Pero no por la repugnante exhibición de morbo o por el paseo mediático de esa niña llamada Rocío, novia del autor del crimen. Eso ha pasado siempre. Yo mismo trabajé hace muchos años en un programa vomitivo, en la época dorada de los realitys, aunque en mi descargo debo decir que no duré ni tres meses allí. Las televisiones, como muy bien dice hoy en su columna de El País Enric González, hace mucho que dejaron de hacer periodismo y se dedican al entretenimiento puro y duro, un campo en el que no hay reglas ni límites.
Pero la tristeza que me inunda estos días tiene otro motivo. Simplemente, he confirmado que el periodismo se ha terminado como tal. Que los reporteros de sucesos han muerto –quedan supervivientes tan brillantes como Mayka Navarro– y que, además, a nadie le interesa este óbito. Cuando ya ha pasado casi una semana desde la detención del asesino de Marta del Castillo, nadie se ha hecho con las declaraciones de ninguno de los detenidos, ni nadie ha publicado por qué confesó tras ser interrogado tres veces por la policía... Eso es lo que los reporteros de sucesos buscamos, eso es lo que siempre hemos perseguido, eso es lo que nos interesa. Al menos era lo que me interesaba a mí y a quienes me enseñaron este trabajo. Ellos también han muerto. Como yo.

15 de febrero de 2009

El crimen se ha resuelto, el circo sigue en marcha


Nunca hubo más sospechosos. Miguel, el ex novio de Marta del Castillo, nunca dejó de estar bajo la lupa de la policía, que sabía desde las primeras 24 horas de la desaparición de la joven, que sería prácticamente impoisble hallar a la adolescente sevillana con vida. Lo sabía la policía y lo sabíamos los periodistas que manejamos fuentes cercanas a esas pesquisas. Pero casi todos lo callamos, mantuvimos una férrea disciplina, porque antes que colgarse una medalla por una exclusiva, hay que hacer que los malos sean acaben en prisión.
No todos respetaron ese pacto tácito entre policías y periodistas. Allá ellos. Son los mismos que ahora mantenderán el circo para hacer rentable el suceso: entrevistas con la familia del detenido, con la familia de la novia del detenido, con otras novias... Un pozo sin fondo.
Poco me queda por decir, salvo dar la enhorabuena a la gente de la UDEV central, la unidad que ha resuelto el crimen. Derrotar a un tipo sin cadáver no es una tarea sencilla. Y ellos lo han hecho.

12 de febrero de 2009

La imagen del asesino


Corren tiempos difíciles para los que nos dedicamos a la información de sucesos. La competencia es brutal: informativos de televisión, programas más o menos rigurosos de televisión, diarios digitales, diarios, semanarios... Además, los políticos han descubierto que fiscalizar también la información policial les proporciona rentas políticas. Ministros y consejeros tienen en cada dependencia policial sus comisarios políticos que retienen o reparten a su antojo o a su conveniencia las informaciones. Los tiempos en los que el reportero cuidaba y mimaba a sus fuentes y la relación entre periodista y policía estaba basada en un mutuo respeto y una confianza a prueba de jefes parecen haber pasado a mejor vida. El periodismo de sucesos, tal y como lo entendíamos hasta ahora o como me lo enseñaron a mí hace dos décadas, se está muriendo. Como decía al principio, son malos, muy malos tiempos para los reporteros de sucesos.
Por eso, el trabajo de profesionales como Mayka Navarro, periodista de El Periódico, cobra una dimensión gigantesca, que no sé si sus lectores o ni siquiera sus jefes saben captar. Sus compañeros sí que lo sabemos. Sabemos que estar en la calle todos los días con informaciones propias, con exclusivas como la de hoy –en la que da la imagen del asesino de Martínez Touriño e información fetén sobre las investigaciones–, tiene un mérito enorme. Mayka consigue lo que consigue porque es una reportera sensacional, porque cuida a sus fuentes y porque jamás, en aras de la fama o de la ambición desmedida de la que hacen gala algunos compañeros, ha gastado una putada a una fuente. A Mayka nadie le da una exclusiva por hundir a un rival político, porque trabaje en El Periódico o ni siquiera porque sea mujer, rubia y un encanto. Sencillamente, es buena. De lo mejor. Ahí está la hemeroteca.

10 de febrero de 2009

El sicario no se ha equivocado


Esta tarde he escuchado en algún informativo la posibilidad de que el asesino de Félix Martínez Toruño se hubiese equivocado de objetivo y le hubiese matado por error. No es así, todo parece indicar que el director del Centro Internacional de Convenciones de Barcelona era el objetivo del asesino, un profesional del crimen, a tenor del modus operandi: buscó las calles sin cámaras de seguridad, le bastó un tiro para matar a su víctima y se permitió el lujo de regalar a la policía el arma empleada en el crimen.
Una vez más, estamos ante un asesinato cometido por profesionales. Como el del abogado Díaz Moñux o el de Leónidas Vargas. Es para preocuparse. De momento, la policía ha puesto bajo una gigantesca lupa la vida personal y profesional de Martínez Touriño, a la espera de encontrar algo a lo que agarrarse, sobre lo que iniciar unas pesquisas. Lo encontrarán, porque el sicario no se ha equivocado.

6 de febrero de 2009

Hamás, siempre con los más necesitados


Prefiero que vosotros mismos echéis un vistazo a esta noticia que acabo de encontrar en elpais.com y que dice mucho acerca del verdadero rol de los terroristas de Hamás y del interés que tienen por proteger a la población civil de la franja de Gaza, verdadera víctima de unos y otros.

5 de febrero de 2009

Periodismo de investigación de verdad


Acabo de regresar de Estados Unidos, concretamente de Florida. Como siempre que voy hasta allí, no puedo evitar un sentimiento de melancolía y envidia al leer los periódicos estadounidenses. Me resulta sorprendente el escaso egocentrismo que se gastan por allí los periodistas en comparación con, por ejemplo, los españoles. La prueba está, sin ir más lejos, en las pocas páginas de opinión que tienen los diarios norteamericanos. Tan sólo un puñado de artículos y un editorial. El resto, información pura y dura.
Otra de las cosas que me sorprenden y que envidio de la prensa norteamericana es la sencillez con la que cuentan hasta las historias más enrevesadas. Un buen ejemplo de ello lo tuve hace poco, al leer Crónicas de sucesos, una recopilación de noticias y reportajes de Michel Connelly, el creador de Harry Bosch, que antes de exitoso escritor fue reportero de sucesos. Sus crónicas son sensacionales por lo desnudas y claras que resultan. Porque allí se piensa en el lector al escribir, no en la competencia o en el político al que tenemos que dar gusto a cambio de la filtración.
Y, por supuesto, periodismo de investigación es lo que se hace allí. Y en otros lugares, por supuesto. Como en Alemania. Acabo de leer que la televisión alemana ZDF y el diario The New York Times han realizado un trabajo de investigación conjunto para desvelar que el criminal nazi más buscado del mundo, Aribert Heim, estuvo refugiado y murió en Egipto en los años 90, tras convertirse al islam. Apasionante. Según leo, el trabajo contiene documentos del propio doctor, entrevistas con uno de sus hijos, que reconoce haberle visitado en el país africano... Es decir, un trabajo de investigación serio, riguroso, minucioso... Aquí, a cualquier filtración interesada o al trabajo de una agencia de detectives adquirido –previo pago– por un medio, le llaman periodismo de investigación. O lo que es peor: periodismo de investigación se asocia en España con las nefastas cámaras ocultas, que tanto daño han hecho a la credibilidad de la prensa. Espero ver emitido en España el reportaje de la ZDF. Apuesto a que no hay una sola imagen grabada con cámara oculta.