7 de junio de 2008

Un espacio libre

Para que no haya dudas. En este espacio yo modero los comentarios, es decir, autorizo su publicación o no. Hasta el momento, he publicado todos los que me han llegado. El único límite es el respeto y la corrección. Respecto a la detención de Dolores Martín Pozo, detenida como presunta inductora del crimen de su marido, Miguel Ángel Salgado, he publicado todos. Algunos de ellos entiendo que duelan a las personas cercanas al fallecido. Y otros dolerán a los allegados de la detenida. Lo que he escrito yo es lo que está en las actuaciones que instruye el juzgado número 5 de Valdemoro. Este espacio, pese a lo que dicen algunos comentarios, es libre. Comprobadlo. Gracias y perdón de antemano a los que puedan sentirse atacados, pero en un espacio como éste hay que plasmar las opiniones de todos.

5 de junio de 2008

Maldad sin límites


He recibido varios comentarios en el blog acerca de lo que he escrito sobre el asesinato de Miguel Ángel Salgado. He decidido autorizar su publicación, pero también quiero responderlos. Hay uno especialmente doloroso. El comunicante, que naturalmente se ampara en el anonimato, dice lo siguiente: "Miguel Ángel Salgado fue víctima, ahora bien, no fue la única víctima, o mejor dicho, no la primera. Fue su hija, esa que dicen que no pudo ver durante cuatro años y de la que abusó sexualmente. Eso no aparece en ningún medio de comunicación. ¿Quién obvia ese dato tan importante?"

Preferiría pensar que quien ha escrito esto lo hace por ignorancia, pero sospecho que no. Estas semanas he conocido a personas que estaban muy cerca de Miguel Ángel, que le querían y que me han informado de su vida. Lógicamente, estas informaciones también las he contrastado con documentos oficiales, con sentencias... Pues bien, la hija de Miguel Ángel no sufrió abuso alguno, como intentó demostrar en dos ocasiones su ex mujer, Dolores Martín, procesada, por cierto, por denuncia falsa. Tan flagrante era la maldad de la mujer que un juez dictaminó el 14 de marzo de 2007 –la misma fecha en la que mataron a Miguel Ángel de tres tiros– el divorcio del matrimonio y concedió la guarda y custodia de la niña al padre, algo, cuanto menos, sorprendente, en los tiempos que corren.
Miguel Ángel, su hermano, sus padres y su novia vivieron un calvario. Dolores les amenazó, inventó algo tan horrible como que su ex marido abusaba de su hija, manipuló a la niña, incumplió sistemáticamente el régimen de visitas fijado por la justicia, atacó a los profesionales de los punto de encuentro en los que se desarrollaban las visitas y, finalmente, según la investigación de la Guardia Civil y de la jueza de Valdemoro Belén Pérez Fuentes, buscó un asesino para matar a su marido. ¿Todavía alguien duda de quién es la víctima de esta historia? A veces, la maldad no tiene límites.

Los negocios del escolta de Ana Obregón, en INTERVIÚ


Interviú sale esta semana el viernes. En el número que estará en la calle dentro de unas horas puedes encontrar la tercera entrega de la serie de reportajes sobre el sumario del asesinato de Miguel Ángel Salgado. Esta vez contamos los negocios de Eloy Sánchez Barba, el escolta de Ana Obregón, en prisión por haber buscado un asesino profesional, al que Dolores Martín Pozo encargó el asesinato de su ex marido, Miguel Ángel Salgado.
Eloy estaba a sueldo de algún periodista del corazón, que le pagaba por tenerle puntualmente informado de los movimientos de su jefa. Además, distribuía anabolizantes, colocaba a policías en los locales en los que controlaba la seguridad, vendía exámenes... La investigación por la muerte de Miguel Ángel sigue dando sorpresas y ha revelado los sucios manejos de Eloy, alguno de los cuales amenaza con salpicar a algún asiduo de los platós de programas rosas.

Los documentos del caso Obregón


Como alguno de vosotros ya sabrá, ayer Luis y yo acudimos a los juzgados de Alcobendas para declarar como testigos. El abogado de Ana Obregón, Javier Saavedra, acudió a los tribunales para que se adoptasen medidas cautelares contra Interviú. Quería que se retirasen de los quioscos las revistas y que no publicásemos ninguna noticia más en torno a las amenazas de su cliente contra Jaime Cantizano. Los abogados de nuestra revista aportaron al juzgado los documentos que demuestran la veracidad de la información, que son éstos que he colgado aquí. El primero es la transcripción de la conversación tal y como se grabó en abril de 2007.

El segundo documento es el informe que la Guardia Civil realizó a la jueza instructora, en el que se daba cuenta de la conversación y en el que se identificaba plenamente a Ana Obregón y a Eloy Sánchez como los interlocutores. Además, en ese documento se puede leer que los investigadores afirman que las intenciones de la actriz eran encargar una paliza para el presentador de televisión.

El tercer documento demuestra que la jueza de Valdemoro se tomó en serio la conversación y no tuvo dudas de las intenciones. Remitió la conversación a otro juzgado para que investigase la existencia de un delito contra las personas y autorizó, como ya os hemos contado en Interviú a los agentes para que se entrevistasen con Jaime Cantizano y le avisasen de que podía ser víctima de un delito.
Aún no sabemos si el juez dictará algunaa medida cautelar contra nuestra revista. Pero aquí están las pruebas de que lo que publicamos el 26 de mayo se ajustaba a la realidad.

2 de junio de 2008

La verdadera víctima no es Cantizano, ni Ana Obregón


Perdón por mi ausencia en toda esta semana. No quería dejar pasar ni un día más sin escribir sobre el tema del asesinato de Miguel Ángel Salgado. Estoy en deuda con bastante gente. Porque, pese a lo que llevamos escrito en los dos útlimos números de Interviú acerca del asunto Obregón-Cantizano, que a nadie se le olvide que la verdadera víctima de todo esto es un hombre de 37 años que se llamaba Miguel Ángel Salgado. Que llevaba cuatro años sin poder ver a su hija y que murió asesinado de tres tiros cuando ya había ganado en los tribunales el derecho a tener con él a su niña. A Miguel Ángel lo mató un pistolero que Eloy Sánchez Barba, el escolta de Ana Obregón, buscó, siguiendo las instrucciones de la ex mujer de la víctima, una abogada llamada Dolores Martín Pozo, hoy, afortunadamente, en prisión gracias al buen oficio, la paciencia y la infinita humanidad de un puñado de guardias civiles.
Esa es la historia importante de todo este embrollo. Lo demás, sirve para llenar horas de televisión, para vender revistas –por supuesto, no lo voy a negar– y para llenar los bolsillos de toda clase de tertulianos o pseudo tertulianos que se mueven entre la sangre y el corazón diciendo nimiedades, lugares comunes o, directamente, medias verdades o mentiras por los platós, atribuyéndose el trabajo de los demás. Ahí sí que no nos veréis ni a Luis Rendueles, ni a Dani Montero –que ha trabajado con nosotros la última semana– ni a mí. Ni Jaime Cantizano, que ha demostrado ser un señor durante estas semanas, ni Ana Obregón, que ya no sabe muy bien qué decir para defender lo indefendible, son las víctimas de este asunto. La víctima es Miguel Ángel.
Y Miguel Ángel tenía una hija, unos padres, unos amigos y una compañera con la que había pasado los peores años de su vida, los últimos cuatro, en los que le negaron poder ver a su niña y le acusaron de gravísimos cargos, todos ellos falsos. A todos ellos les debía una explicación y una disculpa. Aquí está.