13 de enero de 2009

La franquicia de los 'Miami'


Qué bien nos ha venido a todos los periodistas que Carlos Monje, el tipo que en la madrugada del martes mató a dos personas en la discoteca Heaven, dijese que pertenecía a la banda de los Miami. Imprimía así un sello de calidad a su acción criminal, en la que murió un portero rumano, Cata, y un relaciones públicas que estaba en el peor sitio en el peor momento. Y, de paso, los periodistas nos hemos lanzado a hablar de guerra entre bandas por el control de las puertas de las discotecas.
Como he contado este mediodía a los informativos de La Sexta, ante el estupor de la reportera que me entrevistaba, Los Miami dejaron de existir como banda hace ya unos años, por mucho que se empeñase Ana Obregón en su intento de ajustar las cuentas a Jaime Cantizano. Eso es, precisamente, en lo que se han quedado, en un sello de calidad, un nombre que invocan los malotes para parecer más malotes o los que quieren –como en el caso de Ana Obregón– convertirse en malotes. Una franquicia, al fin y al cabo.
Los Miami fueron un grupo muy importante. Cuando los hermanos Peña Enano, Juan Carlos e Iván dirigían con mano de hierro la seguridad en discotecas, las extorsiones, las palizas por encargo y, más adelante, el tráfico de cocaína a gran escala. Pero las guerras intestinas les debilitaron. Álvaro López Tardón, un de sus dirigentes, se enfrentó a muerte con Juan Carlos Peña, que estuvo a punto de morir acribillado en su Porsche. Al hermano de Álvaro le secuestraron y le pegaron dos tiros en las rodillas. Iván murió en un accidente. Manza, otro de los hombres fuertes del grupo, fue asesinado. Fe, la mujer de Juan Carlos Peña, fue detenida en Suiza con una maleta llena de dinero junto a Rafael Gutiérrez Cobeño, el abogado que fue asesinado después en Madrid... Es decir, el grupo se descompuso definitivamente. Juan Carlos, que lleva una pierna ortopédica fabricada en una empresa de Tres Cantos, a pocos metros de la sede de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, es hoy uno de los fugitivos más buscados de España y se hace acompañar de una cohorte de guardaespaldas. Hay quien le sitúa en Colombia, donde se convirtió en un tipo con crédito, alguien de quien los clanes colombianos se fían. Esté donde esté, imagino que hoy habrá sonreído cuando haya visto los titulares.

1 comentario:

Anónimo dijo...

eres un fenómeno, el Saviano español