Hace más de un año lancé este blog. En un principio, nació como una herramienta más de promoción de nuestro tercer libro, Una historia del 11-M que no va a gustar a nadie. En 2007, como hoy, si uno no está en la red, no existe. Desde ese momento, he tratado de dar continuidad al blog en la medida de mis posibilidades. Soy un reportero, no escribo artículos de opinión y, por ello, a veces tengo el temor de no cumplir las expectativas de la gente que se asoma a este espacio, porque lo que sé hacer son reportajes. He procurado no ser dogmático ni doctrinario. He tratado de dar cuenta aquí del trabajo que desarrollo en la revista Interviú y de anunciar nuestras colaboraciones en otros medios, como Onda Cero y Cuatro. Pero no soy un bloguero, ni mucho menos, como habréis notado los que pasáis por aquí de forma más o menos habitual. Por eso, en ocasiones he tenido la tentación de cerrar este espacio, sobre todo cuando el clima de mi profesión me ha asqueado de manera especial. No milito en ninguna trinchera profesional, porque, afortunadamente, en Interviú, la revista en la que llevo diez años, nadie me ha hecho meterme en ninguna. Ni uno solo de los directores que he tenido ha parado un reportaje o me ha obligado a hacer algo que no quería. Y eso, en los tiempos que corren, es un privilegio.
El problema es que a veces se me olvida que soy un privilegiado. Hoy me ha llegado un comentario al post de aquí abajo –el de Alejandro Sanz– que me ha recordado ese privilegio. En el comentario, alguien que se identificaba como Joraloca –no tengo ni la más remota idea de quién es– nos daba la enhorabuena por nuestro trabajo y hablaba de la independencia con la que escribimos.
Gracias, Joraloca por recordarme dónde estoy y lo privilegiado que soy por seguir escribiendo en libertad. Y no es una frase hecha. Por él y por el puñado de gente que sigue pasando de vez en cuando por aquí para ver de qué escribimos, mantendré vivo este espacio. Aunque, insisto, siempre seré consciente de mis limitaciones como bloguero, porque, como podéis leer en mi cita favorita: "Quizás, si quisiera ser comprendido o comprender, me atontaría hasta tener una religión; pero soy un reportero, y Dios sólo existe para los que escriben editoriales."
Gracias a todos y muy especialmente a ti, Joralaca, que tienes la culpa de que esto siga adelante.
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2 comentarios:
El trabajo de los verdaderos profesionales ha quedado muy dañado por los muchos periodistas y no-periodistas que nos bombardean cada día con su basura e Internet también ha hecho mucho daño
Yo mismo he sido muy crítico generalizando injustamente en demasiadas ocasiones.
Pero ahora estoy convencido de
la importancia y necesidad del buen periodismo y confio en que algún día volvamos a la normalidad en que los periodistas sean periodistas, independientes y que saben escribir.
Animo y a seguir siempre hacia delante porque las cosas tienen que mejorar.
¿Qué es ser un bloguero?
Desmitifiquemos esta nueva "ocupación". La red es libre, y tú eres tan bloguero como los demás.
Y además, reportero de raza. Y además, buen escritor. Y además, buen tipo, amigo de tus amigos.
Así que, de cerrar, nada.
Lo mejor para 2009 de un admirador cercano...
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