17 de enero de 2009

La Audiencia pone en su sitio –el banquillo– a Eufemiano Fuentes


Desde que la Guardia Civil culminó la Operación Puerto, en la primavera de 2006, con la detención de los doctores Eufemiano Fuentes y Merino Batres y el director de equipo Manolo Saiz, casi todo lo que ha pasado en España en torno a esta operación ha sido ridículo. El juez que dirigió la investigación decidió archivar la causa porque no vio indicios de delito, ya que el dopaje en aquellas fechas no era en nuestro país considerado un delito. Tampoco vio el instructor delito contra la salud pública, como trataban de demostrar los investigadores: las condiciones de almacenamiento de la sangre de los ciclistas, su transporte, las transfusiones a las que sometían... Todo eso, para el juez, no suponía un riesgo para la salud de los deportistas.
Mientras en España los corredores que pasaron por la consulta de Fuentes siguieron compitiendo, los dos mejores ciclistas del mundo en ese momento, Jan Ulrich e Ivan Basso, fueron sancionados y suspendidos en sus países.
En aquellos días, varios compañeros de medios de comunicación alemanes, italianos, daneses, británicos, franceses... nos entrevistaron –Interviú fue la publicación que dio la exclusiva de la lista de clientes de la red– y todos nos hacían la misma pregunta, incrédulos: "¿Es que en España no va a pasar nada?".
Pues a punto ha estado de no pasar nada. La Audiencia, en segunda instancia, ha decidido abrir juicio oral contra los implicados en la operación. ¿Las razones? Las mismas que los agentes de la UCO de la Guardia Civil repitieron una y mil veces durante la instrucción sumarial, había riesgo para la salud de los deportistas porque:
no se hacían las extracciones ni las transfusiones en locales adecuados;
no se transportaba la sangre extraída en recipientes idóneos; no existía una identificación clara de los donantes; no existían garantías de mantenimiento de las temperaturas de conservación de la sangre, que se custodiaban en frigoríficos y arcones de pisos particulares, y el procedimiento era clandestino e incontrolable por parte de las autoridades sanitarias.
La noticia de la apertura de juicio oral me alegra por varias razones. En primer lugar, por los guardias civiles que llevaron a cabo la operación y que han padecido estos dos años y medio un verdadero calvario y ha estado expuestos al linchamiento de los medios afines al todopoderoso Manolo Saiz. Pero, sobre todo, me alegro porque el sentido común me dice que algo de daño debía de hacer a la salud que un tipo como Fuentes se haga millonario sacando sangre, metiéndola y llevándola en arcones sin niongún tipo de control de gran vuelta en gran vuelta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

O sea, que la acusación será por transportar la sangre en tupers?
¡Que país, señorrr!