29 de julio de 2008

El Solitario, punto y final


Jaime Giménez Arbe, El solitario, ha recibido hoy su primera condena. 47 años le han caído por el asesinato de dos guardias civiles en Navarra en 2004. Por una vez, la justicia ha actuado con celeridad y eficacia. Hace apenas un año que este individuo fue detenido en Portugal gracias a un extraordinario trabajo de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid y ya le ha caído la primera de las condenas que le esperan. A partir de hoy, El solitario será un preso más y su estrella se irá apagando. Ya casi nadie le hará caso y sus ínfulas se irán desvaneciendo. Ni los periodistas más afines, esos que le dibujaron como un expropiador de bancos, le harán caso. Se pudrirá en la cárcel. Él decidió hace muchos años dejar de trabajar y convertirse en un ladrón y un asesino. El precio de esta decisión suele ser, como en este caso, la cárcel.
Naturalmente, el tribunal ha considerado inverosímil la historia que el procesado contó en el juicio, acusando a una banda de ladrones corsos del doble asesinato. Todo un insulto a la inteligencia de la sala y de común de los mortales.

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