3 de julio de 2008
Libre
Llevaba tiempo sin escribir. He pasado una mala racha y , por otra parte, no encontraba nada que me motivase para retomar el blog. Hasta anoche. Me enteré viendo la televisión de la liberación de Ingrid Betancourt y me llevé una inmensa alegría. Lo habéis leído aquí más de una vez: Álvaro Uribe pasará a la historia como uno de los mejores presidentes que ha tenido ese maltratado país que es Colombia. Una operación de inteligencia brillante como pocas ha acabado con la liberación de la candidata y de otros rehenes. No ha hecho falta disparar un solo tiro, pero si hubiese hecho falta, se hubiese disparado. No lo dudéis. Las FARC no tienen otra opción contra la firmeza de Uribe: rendición o muerte. Ya no hay más caminos intermedios, por mucho que pretenda Chávez. Menuda cara se le ha debido de quedar al comprobar que él no era la única llave que abría la puerta de la celda de Betancourt.
Son emocionantes las imágenes de Ingrid reencontrándose con sus hijos tras seis años de ausencia. Muy emocionantes. Hay que celebrar este éxito del trabajo bien hecho y que da una prueba más de la encomiable labor que el presidente de Colombia está haciendo por hacer renacer a su país de las cenizas en las que le sumieron los narcos y la mal llamada guerrilla de las FARC. Ahora sólo espero que todos los demás rehenes de los narcoguerrilleros corran la misma suerte que Betancourt.
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