10 de mayo de 2008

No es país para niños (víctimas de abusos)


Os reproduzco el arranque de una noticia escrita hoy en El País por Mónica C. Belaza:
"¿Puede un padre condenado por violación o abusos sexuales a alguno de sus hijos tener la patria potestad sobre ellos o se le debe privar de la misma para siempre y en todos los supuestos? El Código Penal, en su artículo 192, permite que se imponga como pena accesoria a la de prisión la privación de la patria potestad durante un periodo de seis meses a seis años. No más. Así que si el abuso, la agresión o la violación se ha cometido sobre un niño de cuatro años, por ejemplo, el padre podría recuperar la patria potestad cuando su hijo tenga 10 años.
Algo así es lo que ha ocurrido en el caso de José María Cenamora, el guardia civil condenado por abusar de su hijastra -que se suicidó con 17 años, después de contar a su madre y tíos que el padrastro había abusado de ella durante años- y de su hija biológica. Esta última tiene ahora 10 años. La juez ha condenado al padre a dos penas de prisión: una de tres años por abusar continuadamente de la hijastra y otra de 18 meses por el abuso de la pequeña. Respecto de ésta, se le priva de la patria potestad durante el tiempo que dure la pena, 18 meses. La juez no ha admitido la petición de la abogada de la madre de que la extinción de la patria potestad tuviera el plazo máximo previsto en la ley, seis años. Así que transcurridos los 18 meses de prisión, el padre abusador volvería a tener control sobre la niña. La madre, que está divorciada del padre, tiene su custodia y la de su hermano, lo que implica que viven con ella. Pero la patria potestad supone mucho más que la custodia: tener derecho de visitas y posibilidad de intervenir en todos los aspectos importantes de la vida de la niña. Supone, en definitiva, ejercer de padre aunque sea sin vivir bajo el mismo techo."

Pocos comentarios me quedan por hacer respecto al tema. He escrito varias veces que tengo la impresión de que los menores no son suficientemente protegidos en nuestro país, especialmente cuando son víctimas de abusos sexuales. Tres años de condena por robar la infancia de un niño o de una niña es una pena casi irrisoria. Pero, si además el abusador es el padre y puede seguir ejerciendo como tal... No, definitivamente, España no es un buen país para ser víctima de algo tan terrorífico como los abusos sexuales.

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