5 de noviembre de 2007

Paisaje tras la sentencia


He dejado pasar unos cuantos días tras la sentencia de los atentados del 11-M para escribir sobre ella. Sé que no es la práctica habitual de los blogeros, pero quería leer con calma el fallo y ver las reacciones de los colegas y los partidos políticos. Mi optimismo cuando escuché al juez Gómez Bermúdez demoler las teorías conspirativas no era más que eso, optimismo. Ya ha habido quien se ha agarrado a unos cuantos clavos para tratar de mantener vivo lo que el fallo judicial ha matado y enterrado para siempre. A vueltas con al autoría intelectual, esta semana en Interviú publicamos una prolija lista. Cualquiera de ellos o todos ellos pueden tener la categoría de autores intelectuales, figura que, por cierto, no consta en el código penas español. Amer Azizi y Said Berraj, dos veteranos yihadistas que mantuvieron contactos y adoctrinaron a varios de los autores de los atentados del 11-M, siguen fugados y sobre ellos podría recaer la llamada autoría intelectual, que también podrían compartir dos imanes: Hicham Tensamani y Mohamed Fizazi. El primero ejercía de imán en Portillo (Toledo) y aconsejaba a Serhane y el segundo se veía con frecuencia con Jamal Zougam y los suicidas de Leganés tenían varios vídeos con alocuciones suyas llamando a la guerra santa.

Dar más vueltas a la autoría intelectual es dar aliento a los que pretenden mantener viva una llama extinguida para siempre. La sentencia ha juzgado lo que había que juzgar: los atentados del 11 de marzo. No se juzgaba la participación de España en la guerra de Irak, aunque los terroristas dejaron clara la relación de los atentados con el conflicto antes y después del 11-M. Desde allí, desde la rama iraquí de Al Qaeda, llegó la mayor parte del aleccionamiento que los asesinos recibieron a través de Inernet. Y sería una broma macabra negar la relación de los autores de los atentados con Al Qaeda. En sus reivindicaciones de los atentados y en la ruptura de la tregua decretada por Jamal Ahmidan, los asesinos firmaron con Ansar Al Qaeda (Los que apoyan a Al Qaeda) en Europa.
En nuestro libro Una historia del 11-M que no va a gustar a nadie dimos especial relevancia a este adoctrinamiento a través de Internet y a las relaciones de la célula de Madrid con Irak. Todas las investigaciones policiales y judiciales iban en esa línea. Casi todos los autores de los atentados murieron en Leganés. Los intelectuales y la mano de obra. Así fue y así lo deja claro la sentencia.

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