18 de febrero de 2008

El 'cristal' ya mata en España. ¿Se dará Holanda por aludida?


Leo en la edición digital de El País que un joven sueco de 24 años ha muerto en Barcelona tras consumir MDMA en forma de cristal. No me sorprende la noticia. Aunque no conozco los detalles del suceso, la extensión de las drogas de síntesis ha llegado a tal punto, que no es de extrañar que comiencen a producirse fallecimientos asociados a su consumo.
Hace tiempo que lo hablo con policías destinados a luchar contra el tráfico de estupefacientes: la droga del futuro es la droga de síntesis. Son baratas, de elaboración mucho menos compleja que la cocaína, no es necesario fletar barcos para traerlas hasta España, no precisan de una gran 'caleta' para esconderlas y su distribución es rapidísima. Cualquier grupo de jóvenes es capaz de traer un cargamento a la semana desde el centro de Europa.
Ahora que tanto hablamos de cooperación internacional en campos como la inmigración o el terrorismo, sería bueno recordar que Holanda lleva ya algunas décadas inundando Europa y América de drogas de diseño, que salen de laboratorios afincados en suelo holandés. Me consta que la policía española ha llegado a facilitar a sus colegas holandeses hasta las coordenadas GPS de un laboratorio. ¿Resultado? Cero. El Ministerio del Interior holandés tiene una curiosa política, consistente en no molestarse en reprimir aquello que produce daños fuera de su territorio. Y, mientras, eso sí, pasan por ser los reyes europeos de la tolerancia y el buen rollo.

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