He recibido media docena de cartas de Francisco del Moral Espinosa en la redacción de Interviú. En todas me decía que era el preso que llevaba más años en España, que quería que una televisión contase su historia... Quería, interpretaba yo, su minuto de gloria. Nunca le hice mucho caso, porque no me parecía un tipo con interés periodístico. Al fin y al cabo, no era más que un viejo atracador, de esos que van desapareciendo por razones de edad. Pero hubo una época en la que sí que tuvo sus momentos de fama. Varios periódicos se hicieron eco de su historia porque, según decía, era un atracador que no usaba la violencia y que, además, mandaba el producto de sus robos a sus compañeros de prisión, lo que le valió el apodo de Robin Hood. Los policías de la Sección de Atracos de la Brigada de Madrid sonreían cuando alguien les hablaba en esos términos de Francisco del Moral. Ellos le conocían bien y sabían que no era más que un atracador, sin mucho ánimo altruista.
Ahora, con sesenta años cumplidos, ha vuelto a prisión. Los agentes del Grupo XII de la Brigada le han detenido acusándole de tres atracos a bancos. Pero, además, el supuesto Robin Hood hirió de un balazo a una persona que se resistió a un robo en su casa. En el domicilio había un matrimonio con su hijo y Francisco disparó al hombre. ¿Robin Hood? No, un atracador más.
19 de febrero de 2008
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1 comentario:
Aunque diese todo lo que roba a sus compañeros de prisión y aunque no hubiese disparado a aquel hombre, seguiría siendo un atracador y no Robin Hood.
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