7 de febrero de 2008

Sí, una madre es capaz de matar a sus hijos


Ha ocurrido en Navarra. Amaya, una mujer de clase media-alta, inmersa en un proceso de divorcio, ha matado a dos de sus cuatro hijos, de 7 y 3 años. Los otros dos, de 12 y 14, lograron sobrevivir. La mujer administró a todos sus hijos grandes dosis de un medicamento que acabó con la vida de los dos pequeños. Luego, ella misma intentó quitarse la vida, primero dándose cortes, luego intoxicándose con el tubo de escapa de su vehículo.
Es difícil, hasta para los que llevamos muchos años escribiendo de todo tipo de tragedias, buscar una explicación a sucesos como éste. La naturaleza nos dice que una madre no puede matar a sus hijos, que no hay vínculo más fuerte que el que puede unir a una madre con sus hijos. Pero ocurre. Amaya no es la primera. Ni, desgraciadamente, será la última. En 2005, María Rosa mató en Barcelona a sus dos hijos –de dos años y ocho meses– ahogándolos en la bañera; en 2006, en Girona, una mujer degolló a su hija de seis años; la pasada Navidad, Esperanza mató a sus dos hijas, de 4 y 9 años, en Caldes de Malavella (Girona); en el 2002, Francisca González mató a sus dos hijos menores, de cuatro y seis años, estrangulándoles con el cable de un cargador de teléfono móvil... Como veis, las madres son capaces de matar. En algunos casos, estos crímenes se asocian con momentos de gran depresión, pero Francisca asesinó a sus dos pequeños para hacer daño a su marido, con el que mantenía una tormentosa relación, como contábamos en "Mujeres letales" Sí, el mal existe. También entre las madres. Es la única explicación que encuentro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

gran libro, Mujeres letales.
Enhorbauena por el blog.

Anónimo dijo...

Solo rectificar que después de practicar la autopsia a Esperanza CV y a sus hijas se ha determinado que la causa de la muerte fue intoxicación por monoxido de carbono, procedente de una chimenea en mal estado.

Yo conocí a esta señora (aunque nunca hablamos mucho, siempre sonriente y amable, me era imposible pensar que hubiera sido capaz de cometer este homicidio. Asi es el sensacionalismo. Sus familiares y amigos no las recuperaran, desgraciadamente la muerte no tiene remedio, pero estarán más tranquilos al dejar de preguntarse todos los por qué que rodearon a esta muerte.